sábado, 23 de junio de 2018

Efectos de la Deforestación


La deforestación o tala de árboles es un proceso provocado generalmente por la acción humana, en el que se destruye la superficie forestal. Está directamente causada por la acción del hombre sobre la naturaleza, principalmente debido a las talas o quemas realizadas por la industria maderera, así como por la obtención de suelo para la agricultura, minería y ganadería.
Talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un serio daño al hábitat, en pérdida de biodiversidad y en aridez. Tiene un impacto adverso en la fijación de dióxido de carbono (CO2). Las regiones deforestadas tienden a una erosión del suelo y frecuentemente se degradan a tierras no productivas.
Entre los factores que llevan a la deforestación en gran escala se cuentan: el descuido e ignorancia del valor intrínseco, la falta de valor atribuido, el manejo poco responsable de la forestación y leyes medioambientales deficientes.
En muchos países la deforestación causa extinción de especies, cambios en las condiciones climáticas, desertificación y desplazamiento de poblaciones indígenas.

 

La deforestación afecta el  ambiente y ocasiona las siguientes consecuencias:

1. Extinción de especies de la flora y fauna silvestre.                         
2. Alteración del clima.
3. Extinción de corrientes de agua.
4. Erosión de suelos y pérdida de fertilidad.             
5. Sedimentación de cauces.
6. Sequías.
7. Inundaciones.
8. Destrucción del paisaje natural.





Panamá ha perdido el 55% de sus manglares desde 1969

La explotación de este recurso natural lo mantiene en peligro. Según datos de la FAO, hasta 2005 se habían perdido 80 mil hectáreas de ellos

Los humedales son hábitat de una diversidad de animales, entre otras, aves nativas y migratorias.


Ante la destrucción que están sufriendo los manglares de Panamá por las actividades de los seres humanos y la importancia que éstos representan para el medio ambiente, el Centro de Incidencia Ambiental (CIAM) convocó a un grupo de activistas y expertos nacionales y extranjeros para analizar la situación actual de estos recursos, los posibles impactos que podrían ocasionar la falta de ellos y lo que se puede hacer para mitigar sus efectos.
Esto se dio a conocer durante el seminario taller: ‘Humedales de Panamá: su importancia, la valoración económica de sus servicios para el desarrollo comunitario y su gobernanza’, organizado por el CIAM y la red Panamanglar. El evento contó con la participación de la socióloga Lourdes Lozana, los abogados del CIAM Luisa Araúz y Antonio Chang, los biólogos Yehudi Rodríguez, Marian Trejos y el mexicano José Luis Andrade; así como también del geógrafo Gustavo Cárdenas, la directora de la Escuela Básica General del Espavé de Chame y promotora del proyecto ‘Guardianes de los Manglares de Chame’, Carmen Aparicio, y de la dirigente ambiental Reyna Rodríguez como expositores.
En su disertación, el doctor Andrade destacó que los problemas que se están dando actualmente en estos ecosistemas se deben a la explotación de los recursos que proporcionan y es un hecho que no solo se le puede atribuir a una sola persona, sino que es responsabilidad de todos (sociedad en general).
Agrega que, según el estudio de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2001), en los últimos 50 años, el hombre ha transformado los manglares más rápido y extensivamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte por resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra. ‘Realmente la situación de los ecosistemas naturales, de los manglares, es muy grave. Todos están bajo presiones humanas. Necesitamos comer y nos gusta bien. No podemos decir que no es culpa de nosotros porque lo es’, afirmó el biólogo mexicano.
En cuanto a la cobertura de manglares en Panamá, la bióloga Yehudi Rodríguez resaltó que, según datos de la FAO, éstos han sufrido un descenso muy drástico en los últimos 38 años. ‘Un 55% de los bosques de manglar de Panamá han sido destruidos desde 1969 hasta 2007. Solo entre 1980 y 2005 se perdieron 80 mil hectáreas’, indicó Rodríguez.
Destaca que esto se debe en gran parte a que los están convirtiendo en zonas altamente pobladas y a la tala indiscriminada, lo cual trae como consecuencia un desequilibrio ecológico que por mínimo que sea, su precio es alto. ‘Su rol en la estabilización de la franja costera es vital, y aunque no se debe negar los otros beneficios que brindan, considerar únicamente su valor como protector de la línea costera debe ser suficiente para su conservación’, afirmó.
‘El valor de los humedales de Panamá y su biodiversidad se puede resaltar, pero hay especies que se están extinguiendo’.
Aunado a esto, la abogada ambientalista Luisa Araúz agregó que la destrucción de este ecosistema también está provocando el desplazamiento forzado de millones de personas que habitan en zonas cercanas a las costas y según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es una falta a los derechos humanos.
Respecto a las formas como se pueden recuperar esas zonas y mitigar los efectos del clima por la falta de los bosques de manglares, la socióloga Lourdes Lozana dijo que una alternativa es la reforestación y el uso sostenible del recurso.Igualmente, Andrade sugirió denunciar los hechos ante las autoridades y buscar el apoyo y orientación de organismos ambientalistas como CIAM.



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