Ciclo
del nitrógeno
El
ciclo de este elemento es bastante más complejo que el del carbono,
dado que está presente en la atmósfera no sólo como N2 (80%)
sino también en una gran diversidad de compuestos. Se puede
encontrar principalmente como N2O,
NO
y NO2,
los llamados NOx.
También forma otras combinaciones con oxígeno tales como N2O3 y
N2O5 (anhídridos),
"precursores" de los ácidos nitroso y nítrico. Con
hidrógeno forma amoníaco (NH3),
compuesto gaseoso en condiciones normales.
En
el suelo hay importantes cantidades naturales de sales relacionadas
al nitrógeno, entre otros los nitratos y nitritos (inorgánicos) y
la urea (orgánica); esta última, junto al nitrato de amonio se
sintetiza en grandes cantidades para su utilización como abono.
Todos estos productos son solubles en agua, y se lixivian con el
regadío y la lluvia, siendo arrastrados hacia los ríos y lagos, y
luego al mar.
Es
importante destacar que la retención de este elemento en organismos
vivos tanto animales como vegetales, no se realiza como N2,
dada su nula reactividad en condiciones normales, sino como sus
derivados orgánicos e inorgánicos.
El
nitrógeno es uno de los elementos más importantes que se pueden
encontrar en la Tierra. Es uno de los nutrientes más esenciales para
los seres vivos. El nitrógeno es el mayor componente que se
encuentra en el aire que respiramos. Sin embargo, en esta forma no es
utilizable para la mayor parte de los organismos.
Aproximadamente
el 78%
de la atmósfera está compuesta de este gas inodoro, incoloro e
inocuo. Las plantas no pueden usar el nitrógeno directamente, por
eso tiene que convertirse en nitrato, que se genera a partir de las
bacterias en el sustrato.
El
proceso mediante el cual este elemento se vuelve accesible para que
los organismos vivos lo absorban se conoce como el ciclo del
nitrógeno.
El
nitrógeno se encuentra en dos formas principales en la atmósfera.
La primera de ellas es el N2,
una molécula compuesta por dos átomos de nitrógeno. Este formato
es inaccesible para la mayoría de los organismos, por lo que es un
recurso bastante valioso y raro, con la capacidad de impedir que
algunos ecosistemas progresen. La otra forma es el NH3,
una molécula que se compone de un átomo de nitrógeno y tres de
hidrógeno, comúnmente llamada amoniaco.
Existen
muchas otras variaciones del nitrógeno en el mundo, ya sean
orgánicas o producidas de forma artificial por el hombre. Por tanto,
el nitrógeno es un elemento versátil y de mucha plasticidad que
experimenta muchos cambios a lo largo su ciclo. Por ejemplo, la
nitrificación, la amonificación, la des nitrificación y la
fijación: todas estas fases dependen principalmente de pequeños
organismos, como las bacterias y los hongos.
El
proceso del ciclo del nitrógeno
El
ciclo del nitrógeno se divide en cinco procesos principales, que son
la fijación del nitrógeno, la asimilación, la amonificación, la
nitrificación y la des nitrificación. Cada uno de éstos desempeña
un papel importante en el movimiento del nitrógeno a través de
todos los ecosistemas de la Tierra.
Fijación
del nitrógeno
El
nitrógeno es un gas increíblemente abundante en la atmósfera, ya
que de él se compone casi el 78%
de la
misma. De cualquier modo, así como se encuentra en la atmósfera no
puede ser utilizado por la mayoría de los organismos. Para que éstos
puedan absorberlo, primero necesita convertirse en otra forma
química. Esto se logra a partir del proceso conocido como la
fijación del nitrógeno.
Un
grupo especial de micro organismos conocidos como procariotas son los
responsables de la mayor parte de la fijación del nitrógeno en la
naturaleza. El proceso de romper los lazos químicos que se
encuentran en este elemento requiere de una gran cantidad de energía
y los procariotas han evolucionado especialmente para poderlo hacer.
Los humanos también han encontrado la forma de hacerlo usando
procesos industriales.
Muchas
de las plantas y organismos actuales tienen una relación simbiótica
con organismos que están especializados en fijar nitrógeno. Algunos
ejemplos incluyen las leguminosas, como los tréboles y los
chícharos, que albergan bacterias especializadas en fijar nitrógeno.
Otros organismos, como los procariotas, son libres y no dependen de
un organismo en particular.
Una
vez que estas plantas y organismos han absorbido el nitrógeno en sus
sistemas con la ayuda de los microorganismos especializados, son
consumidos por otros organismos, como los herbívoros y los humanos.
Asimilación
Las
bacterias que fijan el nitrógeno producen amoniaco, que es absorbido
por las plantas o
por otros organismos vivos para incorporarlo en las proteínas. Las
plantas toman esta forma del nitrógeno a través de sus raíces. El
nitrógeno que se obtiene del consumo de animales se puede rastrear
en la cadena alimenticia hasta las plantas.
Cuando
los organismos están en la cima de la cadena alimenticia, toman el
nitrógeno que las bacterias procariotas han fijado en sus alimentos.
Amonificación
La
amonificación es el proceso a través del cual se libera el
nitrógeno de los tejidos de un organismo cuando éste muere o
excretan desechos. El tejido muerto o de desecho es descompuesto por
microorganismos y hongos que liberan amoniaco al ambiente. Este
proceso de convertir nitrógeno en amoniaco es una parte esencial de
hacerlo aprovechable para las plantas y otros microorganismos.
Nitrificación
La
nitrificación es una parte esencial del ciclo del nitrógeno en la
cual el amoniaco se convierte de nitrito a nitrato. Esto lo realizan
casi exclusivamente los procariotas. El proceso comprende dos pasos
importantes que llevan a cabo organismos especializados.
Estos
organismos también pueden emplear nitrógeno como energía para
producir carbono del dióxido de carbono. El primer paso es convertir
el amoniaco en nitrito, que es el proceso de oxidación. Se lleva a
cabo por pequeños microbios llamados simplemente oxidantes del
amoniaco. Mediante un intermediario químico llamado hidroxilamina,
oxidan el amoniaco en sus sistemas.
El
segundo paso incluye la oxidación del nitrito en nitrato. Los
procariotas que se encargan de este paso son conocidos como bacterias
oxidantes del nitrito. Este paso es bastante similar al primero y
requiere una gran cantidad de energía, lo cual significa que estos
organismos crecen muy lentamente. Una vez que se completan ambas
fases, concluye la nitrificación del amoniaco.
Des
nitrificación
La
des nitrificación es otro paso muy importante del ciclo del
nitrógeno, pues comprende la conversión de nitrato en gas
nitrógeno. Este es el proceso mediante el cual el nitrógeno que han
usado los organismos se libera de vuelta a la atmósfera para su
redistribución. El producto principal de la des nitrificación es el
N2, del
cual ya hablamos, pero también puede resultar en óxido nitroso o
N20,
el cual se considera un gas contaminante que tiene un efecto negativo
en la capa de ozono y contribuye al calentamiento global.
La
nitrificación es un proceso que ocurre mayoritariamente en el suelo
y en los cuerpos de agua, lo que significa que no requiere oxígeno.
Como la mayor parte de las fases del ciclo del nitrógeno, la des
nitrificación la llevan a cabo los procariotas. Estos organismos
usan carbono orgánico para generar la energía que desnitrifica el
nitrógeno.
El
proceso de des nitrificación remueve el nitrato y el nitrito del
ecosistema y regresa a la atmósfera gas nitrógeno, que es la forma
más abundante de este elemento. Desde aquí, es redistribuido de
nuevo en todas las fases del ciclo del nitrógeno y continúa
moviéndose de un ecosistema a otro, alimentando a cientos de
organismos en el mundo.
¿Cómo
afecta al ecosistema el aumento del nitrógeno?
Como
la mayor parte de los ciclos naturales, el del nitrógeno puede verse
severamente afectado por las actividades humanas. El uso de
fertilizantes con base de nitrógeno y la quema de combustibles
fósiles incrementan la cantidad de nitrógeno biológico en el
ambiente. El nitrógeno, junto con las actividades humanas que
aumentan su fijación, es usualmente un importante factor limitante
para los ecosistemas.
Demasiado nitrógeno puede de
hecho envenenar los ecosistemas, lo cual conlleva un desequilibrio de
los nutrientes que se encuentran en plantas y árboles, teniendo un
profundo efecto no sólo en el ciclo del nitrógeno y el ecosistema,
también en el ciclo del carbono.
Del
mismo modo, la sobreabundancia de nitrógeno en el suelo puede causar
que el nitrito se filtre en el agua y encuentre su camino hacia el
agua que beben los humanos y los animales. El incremento de nitrógeno
acarrea una disminución de oxígeno en el agua, lo que causa la
muerte de la flora y la fauna que vive en ella. Además puede
estimular el crecimiento de algas dañinas que alteran dramáticamente
el equilibrio de todo un ecosistema.
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